martes, 16 de octubre de 2012

Morelia, patrimonio de la humanidad.

Patrimonio Cultural de la Humanidad
El 12 de diciembre de 1991, la UNESCO inscribió a Morelia en la lista
 del Patrimonio. El Centro Histórico es la ciudad mexicana con más
 edificios catalogados como monumentos arquitectónicos (posee 1,113
de ellos 260 fueron señalados como relevantes), de tal manera que visitarla
 ofrece la garantía de un recorrido enriquecedor por su valor histórico y
 arquitectónico amplio y variado.
Estos inmuebles se asientan sobre una suave loma de cantera que
 abarca 390 hectáreas distribuidas en 219 manzanas con 15 plazas
que se convierten en remansos para el visitante.
Los espacios de la ciudad son un conjunto de gran valor por sus características
formales de edificación, armonía volumétrica, calidad constructiva y unidad
 plástica en que se presentan los diferentes estilos arquitectónicos desarrollados
 a través de los siglos, lo que permito consolidad un estilo local, como
 elocuente testimonio para la historia arquitectónica de la nación.
El más evidente rasgo arquitectónico único de Morelia es la peculiar solución
 que se da en buen número de patios al eliminar las columnas o los apoyos
 verticales en las esquinas. La eliminación de las aristas, líneas y elementos
 constructivos verticales provoca una sensación de continuidad o dinamismo.



Otra característica es su ornamentación exterior conocida como “barroco moreliano”,
 donde los elementos decorativos escultóricos y vegetales dominan los planos y las
 líneas de tableros y molduras. Las calles y plazas de la capital michoacana se apegan
 a la forma de retícula irregular y muchas de ellas rematan con un monumento que
origina espectaculares perspectivas.


Avenida Madero.

En su declaración, la UNESCO consideró que algunas de las perspectivas urbanas del 
Centro Histórico de Morelia constituyen “un modelo único en América”. Estimó también 
que la arquitectura monumental de la ciudad se caracteriza por su estilo calificado como
 “barroco moreliano”, por la originalidad de sus expresiones locales que se plasman en el
 Acueducto, la Catedral Metropolitana, en el conjunto de la iglesia de la Compañía y
 el ex Colegio Jesuita así como en las fachadas y las arcadas de los corredores
 y patios de las casas Vallisoletanas.
Por otra parte señaló que la diversidad de estilos va desde tipologías arquitectónicas
 de finales del siglo XVI, donde el aspecto de fortaleza medieval convive con elementos
 renacentistas, barrocos y el neoclásico hasta llegar al eclecticismo y afrancesamiento
 del periodo de Porfirio Díaz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario